sábado, mayo 12, 2007

Hidroeléctrica en Aysén... lea con atención y opine.

La semana pasada, en mis ratos nocturnos de ocio (que últimamente han sido bastantes) me quedé prendida de un reportaje en Canal 13 sobre el proyecto de una Hidroeléctrica en el Río Baker, en la Región de Aysén. A la vez, mostraron el actual funcionamiento de una central nuclear en Brasil, cuya futura Tercera Etapa se encuentra en trámite de aprobación por Lula Da Silva y su parlamento. De una manera bastante objetiva y crítica -a lo largo del reportaje- se establecían los beneficios y prejuicios de ambas realidades, además de establecer las necesidades energéticas que satisfacerían en el futuro.

Preocupante es el grado de incertidumbre que impera entre los pocos habitantes y colonos que ven como el Gobierno-Santiago está hipotecando lisa y llanamente el patrimonio nacional y una reserva ecológica mundial única en su especia, todo por la incompetencia y falta de voluntad en el buscar soluciones energéticas de forma más limpia y menos intervencionista sobre el paisaje natural.


Hoy, me ha llegado el periódico eléctrónico del senado con una declaración que francamente considero una amenaza gubernamental, si denotamos que proviene del Presidente del Senado.

Santiago 11/05/2007 Presidencia del Senado

"Organizaciones No Gubernamentales de Estados Unidos no tienen autoridad moral para cuestionar estas iniciativas"

Por Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Presidente del Senado

Diversas empresas del área energética han manifestado su inquietud debido al preocupante panorama que se les avizora en el corto plazo por los problemas que se han suscitado para el almacenamiento y transporte de diésel. Esta situación complica el suministro de ese combustible para las generadoras eléctricas, en el norte y en la zona central del país, el que se utiliza como respaldo al gas natural argentino.

Este es un motivo más para agilizar la materialización de las inversiones anunciadas en el sector para construir centrales hidroeléctricas, termoeléctricas o de fuentes renovables no convencionales, las que en todo caso –siendo optimistas- no estarían listas antes del año 2010 como mínimo. Esto significa que al menos por los próximos tres años, nuestra capacidad de abastecernos de energía seguirá dependiendo de la hidrología, lo que es un enorme riesgo considerando, que además tenemos la imperiosa necesidad de duplicar nuestra capacidad de aquí a diez años.

En este escenario, el desarrollo de los proyectos hidroeléctricos que se pretenden realizar en la Región de Aysén es una prioridad para el país. No obstante, en el último tiempo hemos visto una ofensiva de los grupos ecologistas para impedir la concreción de estas y otras iniciativas a lo largo de nuestro territorio.

Al respecto, quisiera puntualizar que me parece necesario y bueno para el país que existan organizaciones preocupadas de preservar el medio ambiente, factor que también es clave para nuestro crecimiento. Esa fue la razón que me impulsó a proponer hace quince años la actual institucionalidad ambiental que tiene Chile.

Sin embargo, tal como lo he expresado en otras ocasiones, la disyuntiva de elegir entre el cuidado del medio ambiente y el desarrollo de los proyectos hidroeléctricos encierra un falso dilema, pues ambas necesidades son perfectamente compatibles. De hecho, nuestra legislación establece una serie de medidas para mitigar los impactos ambientales de estos proyectos, los que además –en el caso de Aysén- pueden ser modificados.

Sin perjuicio de ello, me parece absurdo que no aprovechemos la riqueza de nuestros ríos para proveernos de electricidad. Se trata de la energía menos contaminante y la más barata, al revés de la solución que proponen ciertos sectores de impulsar otras fuentes energéticas renovables no convencionales. No estoy en contra de ellas, sino, por el contrario, bienvenidas sean porque contribuirán a la necesaria diversificación de nuestra matriz, pero su aporte va a ser escaso, pues su capacidad de generación es menor y también porque son mucho más caras que las tradicionales.

Los que se oponen a estas iniciativas parecen no saber lo que pasa en el mundo. Algunos de ellos dicen que debemos mirar el ejemplo de los países desarrollados. Pues bien, casi todos ellos tienen incorporada mayoritariamente en su matriz energética la energía nuclear y la hidroeléctrica. Sólo citaré un ejemplo: en marzo pasado estuve junto con senadores y diputados de distintos partidos políticos en Canadá y ahí conocimos su experiencia en la generación de energía, la que en un 60,2 por ciento proviene de la hidroelectricidad y hoy exporta más de 40.000 GWh a Estados Unidos, a través de 32 líneas de transmisión. Una de ellas, que une la provincia canadiense de Québec con el estado norteamericano de Nueva York, tiene una distancia similar a la que se debe instalar en Chile entre la Región de Aysén y Santiago.

Pues bien, la ONG ambientalista National Resources Defense Council (NRDC), nacida precisamente en Nueva York, está impulsando en Chile una millonaria campaña publicitaria en contra de las centrales en Aysén. Entonces, ¿con qué derecho vienen estos organismos norteamericanos a oponerse a nuestras iniciativas hidroeléctricas, cuando ellos iluminan sus casas con energía proveniente de proyectos similares? ¿Con qué autoridad moral actúan si su propio país es uno de los mayores responsable del desastre ambiental que hoy afecta al planeta, ha incumplido numerosos acuerdos de protección al medio ambiente y cuyo gobierno se ha negado a firmar el Tratado de Kyoto?.

Seamos razonables. La viabilidad de las iniciativas hidroeléctricas en Aysén deben confirmarlas las autoridades pertinentes de acuerdo a lo que la ley vigente establece, pero una cosa es clara: hoy Chile está en una posición extremadamente vulnerable en materia energética, lo que limita nuestro crecimiento y afecta nuestra competitividad. El interés superior del país nos exige aprovechar todos los recursos que tenemos a nuestra disposición para proveernos de energía bajo el estricto cumplimiento de nuestra normativa ambiental. El agua es una de ellas y por lo tanto, actuemos en consecuencia y no sigamos poniendo obstáculos a las inversiones y superemos la cultura del no dejar hacer.



¿Qué opina usted?...

5 comentarios:

Jorge dijo...

siempre va a seguir pasando esto...sobre todo en las regiones mas lejanas....explotan sus recursos y los q menos se benefician son los habitantes de esas regiones...

hasta cuando!!!!




saludos!
http://kinettic.blogspot.com

El Simon Mazzet dijo...

Aysén otra vez en el tapete, lo único que lograran será borrarla del mapa definitivamente, pero por otro lado es necesario abastecer al país, no estoy muy convencido con un planta nuclear por lo sucedido en Chernobyl. La cosa dentro de 10 años se ve negra.

lichazul dijo...

anais...todo desarrollo lamentablemente conlleva un romper con el equilibrio ,es una lástima que por intereses económicos se destruya tanta creación que le ha llevado milenios a la madre naturaleza hacer:(
el hombre aunque esté en el siglo 21 su cerebro no evoluciona ,sigue tan guerrero y bárbaro:(
bello blog tienes ...felicitaciones...un abrazo desde stgo ahogado con preemergencia y el transantiago ...
transpoting de unos locos :)
elisa

lichazul dijo...

ahhhhhhhh volveré ...me gusta la música y el animé aunque soy algo viejita igual soy no convencional....me lo dice mi hijo siempre jijijiji
ya xaolín y mis mejores vibras pa'ti
ahhhhhhh en conce tengo familia pero hace siglos que no viajo allá:):)

verónicabas dijo...

Hola!

dificil opinar porque uno llega a su casa todos los dias y enciende la luz y utiliza todos sus artefactos electricos, pero para qeu eso pase, hay que hacer llegar la energia de alguna forma, lamentablemente, siempre se quiere de la manera sencilla y eso involucra destruir la naturaleza.

Ojala el futuro sea diferente y nos de por buscar otras formas, pero los intereses economicos nos dominan y lo unico que uno puede hacer es no mal gastar esa energia para qeu no se necesite tanta y no haya que construir mas centrales... pero uno sin darse cueanta tambien colabora con eso.

Saludos!

Me demore pero llegue!