miércoles, marzo 15, 2006

Anticonceptivos y accidentes cerebrovasculares.


Desde la década del 60 en que fueron lanzados al mercado, los anticonceptivos orales estuvieron asociados con trastornos vasculares; en especial, con el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular. Esto hizo que los médicos no los recomendaran a aquellas pacientes que tuvieran antecedentes familiares de estos padecimientos. Sin embargo, los preparados que se administran en la actualidad contienen dosis mucho más pequeñas que los anteriores y, en consecuencia, sus efectos colaterales son menores.

Los anticonceptivos orales se componen de estrógeno y progesterona, las hormonas sexuales femeninas. La provisión extra de estas hormonas en el organismo interfiere en el ciclo sexual de la mujer, inhibe la ovulación y, por lo tanto, la posibilidad de que se produzca un embarazo.
Pero estas hormonas pueden causar efectos no deseados. Los estrógenos provocan un aumento de los niveles de las globulinas que participan en el proceso de la coagulación, especialmente los factores VII y X, por esa razón puede darse un estado de hipercoagulabilidad.
Al parecer, la formación de trombos (coágulos) se relaciona con el incremento de los factores de coagulación y, también, con un aumento de la adhesividad de las plaquetas debido al componente estrogénico de los anticonceptivos. Sin embargo, la incidencia de alteraciones trombogénicas ha disminuido a medida que se han reducido las cantidades de estrógeno de los distintos preparados.

Accidente cerebrovascular
En un estudio publicado por el Journal of the American Medical Association, el doctor Claiborne Johnston y sus colegas de la Universidad de California, San Francisco, indicaron que el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular se duplica con el uso de las píldoras que se prescriben actualmente, que tienen bajas dosis de hormonas. El riesgo se duplica nuevamente si las dosis de estrógenos son más altas.
Pero a continuación Johnston afirmó que "el riesgo es tan bajo que, aunque se duplique, sigue siendo bajo". Lo que sí conviene tomar en cuenta, según los especialistas, es que los riesgos aumentan con la edad, los factores hereditarios y los hábitos de vida.
Para Johnston, "la posibilidad de padecer un accidente cerebrovascular no debería influir en la decisión de las mujeres con respecto a tomar la píldora". Sin embargo, admitió que las probabilidades aumentan en las mujeres fumadoras que tienen más de 35 años. De hecho, la hipertensión y el tabaquismo son factores de riesgo por sí mismos.
"Dado que alrededor de 16 millones de mujeres estadounidenses toman la píldora, si los prohibiéramos, tendríamos, tal vez, 400 accidentes cerebrovasculares menos por año, pero habría unos 690 mil embarazos no deseados", enfatizó Johnston.
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3 comentarios:

Anónimo dijo...

No hay como el condon...

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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